Poner la otra mejilla: Lo que la Biblia nos enseña

La frase "poner la otra mejilla" es una expresión popular que se utiliza para referirse a la actitud de perdonar y ser paciente ante una ofensa o injusticia. Esta idea tiene su origen en un pasaje bíblico, específicamente en el Evangelio de Mateo, donde Jesús dice: "Pero yo les digo: No resistáis al que sea malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra" (Mateo 5:39).

Este pasaje ha sido objeto de interpretaciones muy diversas a lo largo de la historia, pero en general se entiende que Jesús está llamando a sus seguidores a no responder a la violencia con más violencia, sino a ser pacientes y perdonar a quienes les han hecho daño. La idea es que, al responder con amor y compasión, se puede transformar al agresor y convertir una situación negativa en una oportunidad de crecimiento espiritual.

Pero ¿qué significa exactamente "poner la otra mejilla"? ¿Es una invitación a ser pasivos o a aceptar el abuso? ¿Es una estrategia para evitar conflictos o una forma de resistencia activa? Para responder a estas preguntas, es necesario profundizar en el contexto histórico y cultural en el que Jesús pronunció estas palabras, así como en otros pasajes bíblicos que abordan temas similares.

¿Qué verás en este artículo?

Contexto histórico y cultural

Para entender el sentido original de "poner la otra mejilla", es necesario tener en cuenta el contexto histórico y cultural en el que se desarrolló la vida de Jesús. En aquellos tiempos, Palestina estaba ocupada por el Imperio Romano, que ejercía un control militar y político sobre la región. Los judíos, por su parte, vivían bajo un sistema de leyes y tradiciones religiosas muy rigurosas, que incluían la idea de que Dios les había prometido un reino mesiánico en el que serían liberados de la opresión extranjera.

En este contexto, las palabras de Jesús debían entenderse como una invitación a no caer en la espiral de la violencia que parecía estar caracterizando a la sociedad de aquel entonces. La ley romana permitía a los soldados golpear a los judíos en la mejilla derecha con la palma de la mano, pero no con el dorso, que se consideraba una ofensa mayor. Al pedir que se vuelva la otra mejilla, Jesús estaba proponiendo una respuesta no violenta a una situación de opresión y humillación.

Perdón y paciencia

Pero "poner la otra mejilla" no es solo una estrategia táctica para evitar la violencia. En otros pasajes bíblicos, Jesús invita a sus seguidores a perdonar a sus enemigos y a ser pacientes incluso en situaciones difíciles. Por ejemplo, en el Evangelio de Lucas se narra la parábola del "buen samaritano", en la que un hombre es asaltado y dejado malherido en el camino. Tanto un sacerdote como un levita pasan por su lado sin ayudarlo, pero un samaritano, que en aquel tiempo era considerado un enemigo de los judíos, se detiene y lo cura. Al final de la parábola, Jesús pregunta: "¿Quién de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?" (Lucas 10:36).

La idea es que el prójimo no es solo aquel que nos trata bien, sino también aquel que nos hace daño. Jesús invita a sus seguidores a tener un corazón misericordioso y a buscar siempre el bien de los demás, incluso de aquellos que les han ofendido. Esta actitud no es fácil, pero es la que permite que el amor y la paz puedan triunfar sobre el odio y la violencia.

Resistencia activa

Pero "poner la otra mejilla" no significa ser pasivos ante la injusticia. En el mismo pasaje de Mateo, Jesús dice: "Si alguien te obliga a caminar una milla, ve con él dos" (Mateo 5:41). En aquel tiempo, los soldados romanos podían obligar a los judíos a llevar sus pertenencias durante una milla, pero no más. Al caminar una segunda milla, el judío estaba desafiando la autoridad del soldado y mostrándole que no tenía el poder absoluto sobre él.

De esta forma, "poner la otra mejilla" se convierte en una forma de resistencia activa, en la que se enfrenta la injusticia con creatividad y coraje. En lugar de responder con la misma violencia, se busca una salida pacífica y constructiva. Esto no significa que siempre se vaya a lograr lo que se desea, pero sí que se está actuando de acuerdo con los valores del Evangelio.

Conclusiones

En definitiva, "poner la otra mejilla" es una invitación a la paciencia, el perdón y la resistencia activa ante la injusticia. No se trata de una estrategia para evitar el conflicto o aceptar el abuso, sino de una forma de enfrentar la violencia con amor y compasión. Jesús no promueve la pasividad o la sumisión, sino una actitud de valentía y creatividad para hacer frente a las situaciones difíciles.

Preguntas frecuentes

1. ¿Significa esto que siempre hay que perdonar a los que nos han hecho daño?

Perdonar a alguien no significa necesariamente olvidar lo que ha pasado ni aceptar el daño que nos han causado. El perdón es una actitud que nos permite liberarnos del resentimiento y el rencor, y buscar una forma de sanar la relación con la persona que nos ha ofendido. Pero esto no siempre es posible, y en algunos casos puede ser necesario establecer límites o incluso alejarse de la persona que nos ha hecho daño.

2. ¿Es posible ser paciente y resistir al mismo tiempo?

Sí, la paciencia no implica necesariamente aceptar todo lo que nos pasa sin hacer nada. Ser paciente significa tener la capacidad de esperar el momento adecuado para actuar, y de no dejarse llevar por la ira o la frustración. La resistencia activa, por su parte, implica buscar formas creativas y no violentas de enfrentar la injusticia.

3. ¿Es posible poner la otra mejilla en situaciones de violencia doméstica o abuso infantil?

En situaciones de violencia doméstica o abuso infantil, es necesario buscar ayuda profesional y establecer límites claros para proteger a las personas afectadas. Poner la otra mejilla en este caso puede ser interpretado como una forma de justificar la violencia y el abuso, lo cual va en contra de los valores del Evangelio.

4. ¿Cómo se puede aplicar esto en la vida cotidiana?

En la vida cotidiana, "poner la otra mejilla" puede significar tener la capacidad de perdonar a alguien que nos ha ofendido, de ser paciente en situaciones difíciles y de buscar formas creativas y constructivas de hacer frente a la injusticia. Esto implica cultivar una actitud de amor y compasión hacia los demás, y de buscar siempre el bienestar común.

5. ¿Cómo se relaciona esto con la justicia social?

La justicia social implica luchar contra las estructuras de opresión y exclusión que afectan a los más vulnerables de la sociedad. En este sentido, "poner la otra mejilla" se convierte en una forma de resistencia activa ante estas estructuras, en la que se busca transformar las relaciones de poder y crear espacios de igualdad y dignidad para todos.

6. ¿Qué papel juega la fe en todo esto?

La fe puede ser un motor para cultivar una actitud de amor y compasión hacia los demás, y de buscar siempre el bienestar común. La fe también puede ayudar a encontrar sentido y propósito en situaciones difíciles, y a confiar en que la justicia y la paz pueden triunfar sobre la violencia y el odio.

7. ¿Cómo se puede cultivar esta actitud en la vida diaria?

Para cultivar una actitud de "poner la otra mejilla" en la vida diaria, es necesario practicar la paciencia, el perdón y la compasión hacia los demás. Esto implica aprender a escuchar y entender las perspectivas de los demás, a no juzgar ni criticar sin conocer, y a buscar siempre el bienestar común. También es importante buscar espacios de reflexión y meditación que permitan conectar con los valores del Evangelio.

Sebastian Vila

Experto en Economía, Finanzas, Administración y Marketing, además de una extensa experiencia práctica en el sector de la inversión. Ha trabajado en el área de asesoramiento financiero, desarrollando estrategias de inversión, análisis financieros, gestión de activos y evaluación de empresas. Ha sido profesor de universidad, mentor de varios programas de formación financiera y autor de numerosos artículos y libros sobre finanzas y emprendimiento.

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